Pensamiento del dia #22

Esto es algo que escribí el 21 de mayo de 2023.

Ayer fue un día difícil. Empezó con tristeza y terminó con tristeza. Tenía en el corazón a mi mejor amiga y el dolor que estaba atravesando por la muerte de su hijo; a mi padre en el hospital, sin poder alimentarse ni caminar; y a un par de relaciones que se habían complicado. Me costó mucho esfuerzo mental lidiar con esto. Claramente, no tenía la energía para funcionar bien ese día ni para conectar con los demás.

Decidí usar la computadora para ajustar algunos aspectos de mi agenda y adaptarlos a mi estado de ánimo. Sentada frente a la computadora, me sentí mareada y paralizada. Usualmente significa que estoy pasando por un ataque de pánico. Pare lo que estaba haciendo y les dije a mi familia que me iba a la cama. Tengo un medicamento que me recetó el médico para controlar los ataques de pánico severos. Sinceramente, no quería tomarlo; sentía que debería poder controlarlo, pero empecé a sentirme aún más débil físicamente, así que lo tomé. Estuve en cama casi todo el día y dormí temprano por la noche. 

Me desperté a las 12:00 a. m. empapada. A veces tengo sofocos por la noche, y este fue muy fuerte. Me levanté aún agotada, me cambié de ropa y puse una toalla en la parte mojada de la cama para no tener que despertar a mi esposo a cambiar las sábanas, ya que se despierta a las 4:00 a. m. para ir a trabajar. Aunque me sentía agotada, la sensación paralizante había desaparecido; ahora solo me sentía débil.

Por la mañana, me desperté sintiéndome mejor y aliviada de que la confusión en mi cuerpo hubiera pasado. En mi tiempo de reflexión, me consuela Apocalipsis 21:4 NTV  “Él les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor. Todas esas cosas ya no existirán más”.

Todavía me siento inundada de tristeza, pero Dios me ha dado esperanza para poder respirar.

No me gusta cuando tengo ataques de pánico que me llevan a perder el control de mi cuerpo; De hecho, últimamente han sido muy fuertes. Sin embargo, agradezco el alivio cuando llega. La medicación ayuda, pero más que eso, es la esperanza de que lo que estoy pasando es temporal y pasa, aunque en el momento parezca que durará para siempre.

A Dios sea la gloria.

Next
Next

Pensamiento del día #21