Pensamiento del dia #25
"Te he estado evitando". Esa fue la frase que me dijo una madre durante un fin de semana para que los padres aprendieran habilidades de crianza. Fui una de las ponentes y hablé sobre cuidar a tu niño interior como cuidas a tus hijos.
Durante mi sesión, algunos padres lloraban; una se emocionó tanto que salió un rato y regresó al final.
Mientras todos salían, la detuve y le pregunté si podíamos juntarnos un rato. Aceptó que sí.
Hubo un descanso y, al verla caminar, aproveché para acercarme y preguntarle si podíamos ir a un lugar tranquilo para sentarnos a hablar. Una vez sentadas, me dijo que me estaba evitando.
Después de hablar, se dio cuenta que necesitaba espacio para procesar algunas cosas difíciles que estaban pasando. Dijo que, al hablar sobre cuidar a tu niño interior, reconoció que había experimentado un trauma que no había enfrentado. Pudo ser vulnerable ante algunas heridas profundas y reconoció que necesitaba ayuda. Ella agradeció que la detuviera porque dijo que planeaba evitarme el reto del día.
Esta interacción me hizo pensar en cuánto Dios me busca para consolarme y satisfacer mis necesidades. Él quiere escucharme y quiere que reconozca cuándo lo estoy evitando debido a heridas que he permitido que me impidan estar con él. Incluso si lo evito, le agradezco que no deja de buscarme.
“¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se extravía una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en las colinas para ir en busca de la extraviada? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se pondrá más feliz por esa sola oveja que por las noventa y nueve que no se extraviaron. Así también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.” Mateo 18:12-14